
Sabemos, sin embargo, que la paz, la unidad y el desarrollo no se alcanzan de un día para otro, y para conseguirlos se necesitan esfuerzos concertados, subrayó.
Desde diciembre de 2013, Sudán del Sur vive un escenario de violencia entre seguidores del presidente Salva Kiir y de su principal rival político, el exiliado líder opositor Riek Machar, con saldo de miles de muertos y cerca de cuatro millones de desplazados internos y refugiados.
Pese a los esfuerzos regionales, los acuerdos de paz y la presencia de cascos azules, los enfrentamientos continúan en algunas partes.
Gai agradeció el acompañamiento internacional en la búsqueda de la estabilidad, e insistió en que el gobierno transicional de unidad nacional sigue implementado el pacto dirigido a poner fin al conflicto.
Uno de los elementos que mantienen su vigencia es el alto el fuego unilateral declarado por el mandatario Kiir.
El primer vicepresidente afirmó que existen sectores que no han respondido al gesto, pero que eso no afecta el optimismo, estimulado por cuestiones como el retorno paulatino de algunos desplazados a sus casas y la convivencia armónica en comunidades afectadas por las hostilidades.
De acuerdo con el funcionario sursudanés, otra decisión de Kiir que avanza es la Iniciativa de Diálogo Nacional, marcada por medidas como la liberación de prisioneros y el citado alto el fuego.
En su intervención ante la Asamblea General de la ONU, Gai aseveró que su país tiene en la actualidad buenas relaciones con sus vecinos Etiopía, Kenya, Sudán y Uganda, que acogen a refugiados.
Respecto a la Misión de las Naciones Unidas en Sudán del Sur (Unmiss), informó que el gobierno y la fuerza de cascos azules mantienen buenas relaciones, lo que representaría un mejoramiento de los vínculos, después de las tensiones del pasado.
El primer vicepresidente también señaló que su gobierno facilita el despliegue de la Fuerza de Protección Regional, activada tras el rebrote de la violencia el año pasado.