Desde su toma de posesión para un segundo mandato consecutivo, ganado en unas polémicas elecciones, el mandatario anunció una guerra a muerte contra la corrupción administrativa, uno de los males endémicos de la sociedad keniana.
El presidente, hijo del prócer de la independencia Jomo Kenyatta, instó durante un acto en la ciudad de Meru (centro) a los órganos pertinentes a revisar las cuentas de los funcionarios públicos y al arresto de los implicados en la desaparición de nueve mil millones de chelines kenianos (88 millones de dólares) del presupuesto del Ministerio de la Juventud.
Todos los miembros del servicio público tendrán que explicar la proveniencia de sus bienes y los culpables de malversaciones irán a parar a donde deben, la cárcel, subrayó el mandatario.