El texto insta a las partes libias a alcanzar un consenso para completar lo que denominaron ‘actual etapa transicional y allanar el camino a una reconciliación nacional completa’.
El documento advierte que más demoras en la puesta en vigencia del plan de conciliación desembocarán en una mayor violencia y el aumento de la inseguridad, causada por los grupos armados que dominan zonas del país y controlan los lucrativos negocios del tráfico de personas hacia Europa y el mercado negro de armas.
Los titulares concordaron en la necesidad de coordinar medidas de seguridad para ‘evaluar las amenazas a la seguridad que comportan las organizaciones terroristas que operan en el país norafricano’.
Sendos gobiernos, uno en Trípoli, y otro en Tobruk (este) se disputan el control de Libia, país en picada libre desde la agresión militar de la OTAN, basada en una interpretación sesgada de un resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, la cual propició la caída del gobierno constitucional y el asesinato del líder Muamar Ghadafi en 2011.